domingo, 2 de noviembre de 2008

Pensé que todo estaba bien, y de repente un charco de lágrimas rebosó mis ojos. Todavía no sé que estoy haciendo, y me rasguña la piel leerte en cualquier lado, pensar que ayer lo fuimos todo, y que hoy me siento a burlar las noches, esas que una vez fueron “noches demasiado hermosas, para un ciego como vos”. Tan anestesiada está mi alma, que me cuesta creer que no te quiero, pero te odio. Te odio, te odio, te odio…
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2 comentarios:

Voy con el diablo porque Dios me hace sentir culpas. dijo...

Que loca la palabra odio, como la palabra amo

Anónimo dijo...

mi abu tiene los mismos platos